MARCEL PROUST - Escritor

Proust tuvo una gran influencia porque fue el primer escritor moderno que trató la homosexualidad desde el punto de vista de la literatura. El complejo análisis que hace de sus personajes homosexuales abrió otro tipo de discurso sobre el tema. lejos de los modelos médicos que estaban de moda. Como gay que escribía sobre la vida de los gay, Proust creó y presentó un retrato más rico y detallado de la homosexualidad que el que pudieran hacer los médicos o los apoligistas de las primeras etapas del movimiento en defensa de los derechos de los homosexuales. Además su análisis de la homosexualidad introdujo el tema a un público mucho más amplio, demostrando que lo que había sido tabú durante tanto tiempo ya no se podía dejar pasar en silencio. La obra de Proust centralizó, junto a la de André Gide, la situación de la homosexualidad en el mundo literario moderno. En su gran obra En busca del tiempo perdido hace un elogio apasionado de la "raza" homosexual, una raza que, por su historia y su destino, según Proust, se podría comparar con la de los judíos:

"Una raza sobre la cual pesa una maldición y que se ve obligada a vivir en la mentira y el perjurio, pues sabe que su deseo, el máximo placer de su vida, se considera punible, vergonzoso. inadmisible (...) Unos amantes a los que casi siempre les está vedada la posibilidad de ese amor, cuya esperanza les brinda la fuerza necesaria para soportar tantos riesgos y tantas soledades (...) Con un honor apenas precario, con una libertad casi provisional, hasta que se descubre su crimen; con una situación inestable, como ocurre con el poeta que es festejado un día en todos los salones y aplaudido en todos los teatros, y al día siguiente le expulsan de todos los hoteles y ya no encuentra ni siquiera una almohada donde apoyar la cabeza (...) una masonería mucho más extendida, eficaz y discreta que la de las logias, porque se sustenta en la similitud de gustos, necesidades, costumbres, peligros, aprendizaje, conocimientos, tráfico y forma de hablar, y en la que hasta los miembros que desean pasar desapercibidos se reconocen enseguida mutuamente (...) una parte reprobada de la colectividad humana, pero importante al fin, presunta allí donde no existe, ostentosa, insolente e inmune allí donde jamás se descubre su existencia; con adeptos por doquier, en el pueblo, en el ejército, en el clero, en la cárcel, en el trono (...)"

Lo triste y preocupante es que en nuestros días, en la mayoría de países, continúa lo que sucedía a principios del siglo XX...

Auteuil, Francia 1871 - París 1922